Los Payasos Pro no quieren ni que pensemos, ni recordemos, para no olvidar todas sus promesas electorales. Cuando más hace falta refleccionar, menos quieren los Payasos Pro que pensaemos. Darían lástima y verguenza ajena si es que no estuvieran haciendo mierda la Argentina. La negación de lo real y la exaltación de lo virtual es la estrategia. Sus aliados mediáticos lo hacen muy bien, transmitiendo fraudes y falacias con el descaro propio de quienes no tuvieron escrúpulos para acaparar sus fortunas gracias a las torturas y el saqueo dictatorial. Perversos al límite, empujan deliberadamente a todo un pueblo hacia la miseria y el abandono, generan deudas que jamás pagarán ellos, sino las futuras generaciones de pobres que producen. Arrastran a toda una Nación al mismo cadalso, y tienen la caradurez de pedir que no se piense. Pronto pediràn que no se coma, no se vista y no se trabaje. Así de cínico y estúpido es el gobierno de los CEOs que hemos logrado conseguir.
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El deterioro intelectual de los CEOs de Corporación Cambiemos S.A. se podría notar en las titubeantes respuestas a simples preguntas sobre la gestión, para las cuales solo atinan a decir: "te lo debo" o "no sé". Pero solo se trata de una fachada, tan falsa como su supuesto deterioro. No se les han destruido las células nerviosas, no han perdido masa cerebral. Simplemente son mentirosos, embusteros, tramposos y calumniadores. Y olvidadizos, pero solo a propósito. Nada ha sido producto de la casualidad ni de la ignorancia. Mucho menos del desconocimiento del contexto social y económico. Lo que vemos, sentimos y sufrimos, ese es el plan. El mayor enriquecimiento de los ricos y el empobrecimiento de muchos más de quienes ya lo eran, ese es el proyecto. Y la mayor barrera para que continúe esta destrucción sin lìmites es que pensemos, refleccionemos y critiquemos.
El deterioro intelectual de los CEOs de Corporación Cambiemos S.A. se podría notar en las titubeantes respuestas a simples preguntas sobre la gestión, para las cuales solo atinan a decir: "te lo debo" o "no sé". Pero solo se trata de una fachada, tan falsa como su supuesto deterioro. No se les han destruido las células nerviosas, no han perdido masa cerebral. Simplemente son mentirosos, embusteros, tramposos y calumniadores. Y olvidadizos, pero solo a propósito. Nada ha sido producto de la casualidad ni de la ignorancia. Mucho menos del desconocimiento del contexto social y económico. Lo que vemos, sentimos y sufrimos, ese es el plan. El mayor enriquecimiento de los ricos y el empobrecimiento de muchos más de quienes ya lo eran, ese es el proyecto. Y la mayor barrera para que continúe esta destrucción sin lìmites es que pensemos, refleccionemos y critiquemos.
Porque todo esto no va a durar. Hay que saberlo y predicarlo, y no se afirma aquí como cuestión de fe sino como inevitable resultado natural y lógico de tanto desatino, de tan pésimo gobierno y de tanto resentimiento de clase (ahora de los ricos). Y no va a durar –tenemos que saberlo– porque no hay manera de aguantar tanta noche, para decirlo con el poeta italiano Giuseppe Ungaretti. Es imposible soportar tanta mentira, tanto robo sofisticado, tanta pobreza y miseria crecientes, y tanta entrega –una vez más– de nuestro patrimonio.
Por eso hoy las grandes mayorías, los laburantes, la gente decente que votó y acompañó, tienen derecho a protestar y a estar expectantes. Incluso los que votaron a estos tipos de buena fe, ilusionados con cambios y transparencias. Como muchos docentes, y muchos científicos, y muchos deportistas, y muchos pequeños empresarios y muchísimos trabajadores. A los cuales no tiene sentido acusarlos hoy de nada, ni preguntarles irónicamente qué opinan. Se están jodiendo igual que nosotros, y también los preocupa el futuro.
En la Argentina neoliberal de hoy las megacorporaciones, el sistema financiero y la banca se reparte los dividendos de saquear al pueblo mientras se abrió el camino de fuga de dolares que eran tan necesarios y nos endeudamos por generaciones. ¿Cambiamos?. Si, cambiamos.
Ahora, cuando todo parece estar mal y muchos se desalientan ante el ensañamiento, la venganza y la perversidad de tantas decisiones de este gobierno estafador, es cuando es necesario reflexionar sobre nosotros como pueblo e individuos para no volver a caer una y otra vez en la misma trampa, y tambiés es necesario superar la bazofia comunicacional que ataca al pueblo argentino a toda hora, como es arduo enfrentar con ideas y argumentos el platal publicitario que los protege y bastardea el lenguaje.
Pero tarde o temprano, también los pueblos tendrán que descubrir la cura para terminar con tanto ultraje económico y tanta degradación moral. Lo podrán hacer, empapándose en la dignidad de los precursores que dejaron sus vidas por lograrlo. Y combatiendo su propio olvido, el que como esa horrible enfermedad, instaló el odio y la sinrazón en sus neuronas.
La reconstrucción debe encontrar a los kirchneristas decentes junto a los trabajadores, los radicales de Yrigoyen, los socialistas de Palacios. La voluntad sincera de cambio nace de la voluntad de modificar la realidad, los sueños y los imaginarios en beneficio de las mayorías. El cambio en la vida en sociedad siempre debe orientarse hacia el mejoramiento de la calidad de vida. El cambio implica la adopción de medidas que modifican rumbos y hay que ser serios, y muy responsables, para convencer a la sociedad de que esos cambios son posibles. Y es claro que lo son. Necesarios y urgentes pero sobre todo posibles. Porque sí, se puede. No nos dejemos robar también esas palabras que son nuestras. Es el primer paso hacia la victoria.
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"El rey nos decía que si no podíamos comprar leña que nos emponchemos, que si por pobre no podíamos alimentar a nuestro caballo que no Io tengamos, que si alimentarnos era costoso que comamos menos...José de San Martín
Entonces decidimos ahorrar gastos y nos Iiberamos del rey."
La reconstrucción debe encontrar a los kirchneristas decentes junto a los trabajadores, los radicales de Yrigoyen, los socialistas de Palacios. La voluntad sincera de cambio nace de la voluntad de modificar la realidad, los sueños y los imaginarios en beneficio de las mayorías. El cambio en la vida en sociedad siempre debe orientarse hacia el mejoramiento de la calidad de vida. El cambio implica la adopción de medidas que modifican rumbos y hay que ser serios, y muy responsables, para convencer a la sociedad de que esos cambios son posibles. Y es claro que lo son. Necesarios y urgentes pero sobre todo posibles. Porque sí, se puede. No nos dejemos robar también esas palabras que son nuestras. Es el primer paso hacia la victoria.
